Hubiera sido demasiado fácil achacar su frustración a la insatisfacción sexual, pero lo cierto es que, últimamente, cada vez que veía los guantes de terciopelo verde en el escaparate de los grandes almacenes donde trabajaba, se llenaba de rabia. Era tan irracional como incontestable, una mezcla de indignación y disgusto, el breve despunte de un…