Resistencias creativas

Si te interesa la creación, el tema de la resistencia a crear es algo que experimentarás tarde o temprano. En general, la resistencia es un aspecto con el que batallar en varios ámbitos de la vida, así que lo mejor es identificarla. Si la reconocemos, la manejaremos mejor.
Para el resto del post, m
e voy a basar en las ideas que Steven Pressfield expresa en su libro The War of Art, en español: La guerra del arte (en lugar de El arte de la guerra, ya podéis imaginar por dónde van los tiros). Es un libro dedicado a analizar este fastidioso fenómeno con vistas a liberar nuestro potencial y desde el punto de vista de un escritor.

Para centrar el tema con claridad, Steven Pressfield cita una lista de las actividades que más comúnmente provocan Resistencia:

  • Seguir la llamada de la escritura, la pintura, la música, el cine, la danza o cualquier arte creativo, por marginal o poco convencional que sea.
  • Lanzar cualquier proyecto empresarial, por beneficio económico u otros motivos.
  • Seguir cualquier dieta o régimen de salud.
  • Seguir cualquier programa de desarrollo espiritual.
  • Seguir cualquier actividad cuyo objetivo sea endurecer las abdominales. XD
  • Cualquier programa o curso destinado a vencer una adicción o un mal hábito.
  • Educación de cualquier tipo.
  • Cualquier acto de coraje político, moral o ético, incluyendo la decisión de mejorar algún patrón perjudicial de pensamiento o conducta.
  • Iniciar cualquier empresa o empeño con la idea de ayudar a otros.
  • Cualquier acto que requiera compromiso del corazón. La decisión de casarse, tener hijos o superar un momento difícil en una relación.
  • Mantenerse firme con los valores de cada uno ante la adversidad.  

En otras palabras, dice Pressfield: «cualquier acto que renuncie a la gratificación inmediata en favor de crecimiento a largo plazo, salud o integridad. O, dicho de otro modo, cualquier acto que surja de nuestra naturaleza superior en lugar de la inferior».

Siempre en palabras del autor, la Resistencia es:

  • Invisible, no huele, no se ve, pero está ahí.
  • Interna, aunque la proyectemos en otros, sale de nosotros.
  • Insidiosa, tomará cualquier forma, te seducirá, te engañará, te convencerá.
  • Implacable, no hay que subestimar a algo capaz de alejarte de tu potencial.
  • Impersonal. Opera con indiferencia a tu persona.
  • Infalible, cuanto más importante es la llamada, más resistencia hay.
  • Universal, nos acecha a todos, todo el tiempo.
  • Nunca duerme.
  • Es rigurosa con lo que hace y no tiene piedad: no quiere herirnos o hacernos un rasguñito, quiere nuestra alma, nuestro talento más preciado.
  • Se alimenta del miedo.
  • Solo avanza en una dirección: la  que se opone a nuestro progreso.
  • Es más poderosa en la linea de meta: cuanto más cerca estás de tu objetivo, más fuerte golpea.
  • Recluta aliados: la Resistencia es ante todo autosabotaje, pero puede afectar a tus allegados… cuando tratas de vencerla los que están cerca empiezan a lamentar que hayas cambiado. Posiblemente esas personas también luchan contra sus resistencias.

Wow, el enemigo no es precisamente pequeño!
La procrastinación es quizá la manifestación más común de Resistencia. El  famoso «Ya lo haré mañana» nos permite racionalizar y nos da permiso para sabotearnos.

Victimismo, dramatismo, automedicación, obsesión con el sexo, criticismo, dudas sobre uno mismo, aislamiento, miedo… son síntomas de que la Resistencia opera en ti. Warning!!

¿Te suena algo de esto? ¿Lo has sufrido? ¿Lo reconoces en ti?

Pasa cuando decides que no te apuntarás a ese curso que te hace ilusión, porque “es una tontería”, o cuando crees que tu novio o tu mujer merecen desarrollar esa parte suya pero tú no; o cuando dejas siempre para otro día lo de ponerte a escribir o pintar. También cuando dices que no tienes tiempo o energía. Cuando prefieres ver cada noche la tele o crees que tu familia jamás te apoyaría en tus sueños. Cuando te crees demasiado mayor o con poco talento o sin derecho a ser creativo. 

Pasará también en la clase de creación (si vas), cuando no quieras hacer los ejercicios propuestos. Oh, sí. O cuando te digas que menuda tontería, que cómo se te ocurrió a ti apuntarte a eso. Cuando te compares desfavorablemente con otros, sin darte la oportunidad de crecer a tu propio ritmo y trazando tu propio camino. Pasará cuando bajes la guardia, cuando tengas un mal día, cuando te sientas vulnerable. A lo mejor si llueve, si pierde el Valencia CF, si tu hijo te disgusta. Si tu gato te rasga las cortinas o el frutero te mira mal. Vendrá en forma de dudas, de malestar, de inseguridad y de pereza. Vendrá como el crítico implacable. Y te hará sentir pequeña e inadecuada.

Ante todo, que no cunda el pánico porque (sí!!) hay modos de superarla:

  • Vigilar. Lo mejor es ser consciente, encender la luz. La Resistencia nos acecha a todos y a todas, pero -al hacerlo- también nos enseña y nos ilumina sobre nuestros momentos bajos y nuestras tendencias negativas, permitiendo que les hagamos frente de manera  firme.
  • Si está hecha de miedo, hay que combatirla con amor. Amor que puede traducirse también como alegría, ilusión, fuerza y coraje. Aquí las posibilidades son amplias. Canta una canción, ponte a bailar, conjura la baja energía de la Resistencia. Muévete.
  • Con trabajo. Nuestras armas son concretas. Tú quieres escribir. Entonces tus armas son las palabras. Al juntar una palabra tras otra, al seguir una frase más antes de rendirte. Al levantarte otro día y sentarte a tu escritorio y encender el ordenador. Al desempolvar tu libreta y, boli en mano, ponerte a ello. Estás venciendo. Hazlo. Aunque no sepas cómo, aunque no te motive, aunque no creas en ti, aunque te duelan las muelas. Hazlo. 
  • Con humor. Es una manera fantástica de capear los temporales y también los altibajos de confianza y motivación que experimenta  una escritora. Ríete más, lee algo divertido, diviértete con lo que haces.
  • Con la ayuda del grupo o tu comunidad. No estás solo en esto y menos en esta tarea de escribir, que por propia definición es solitaria. Todos pasaremos por ahí esta semana o la siguiente o puede que todas. Lee algo de un compañero, pregúntale, comenta su trabajo. Expresa cómo te sientes, qué dificultades tienes, qué cosas te funcionan. Algunos certámenes como el NaNoWriMo son maravillosos por eso, por la red de gente apoyándose, animándose, escribiendo junta. Crea un grupo, queda con tus amig@s para leer lo que habéis escrito…

En definitiva, lejos de desmoralizarte, ser consciente de tus bloqueos y miedos es una oportunidad inigualable para crecer en tu desempeño creativo. Que te sientas derrotado una vez  (o dos, o tres, o cuatro, o mil…) no significa que vayas a perder la guerra.

**foto portada by Anni Roenkae from Pexels

Autor: Marta Catala

escribo, leo, comparto...

Un comentario en “Resistencias creativas”

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