Es una verdad como un templo que me apasiona leer ficción. Amontono libros en casa y, por más que acuda a mi cita lectora a diario, nunca tengo tiempo material para abordar todo lo que llama mi atención. Sumemos a eso esa inmensa ventana que es Internet. ¡La oferta es tan grande y nuestra capacidad física tan pequeña! No sé votos@s, pero yo me vuelvo loca.
Lo cierto es que, aunque disfruto leyendo en todas las plataformas, suelo leer muy poco offline. Aún así, mi último descubrimiento -y sé que llego tarde-, son los libro-blogs. Me refiero a los blogs que nos ofrecen de forma seriada capítulos de una historia de ficción. Periódicamente se publican los contenidos y así, post a post, vamos adentrándonos en nuevas y atrapantes historias.
Me gustaría dedicar este modestísimo post a los libro blogs de autoras de ficción lésbica. Me parece un síntoma de la buena salud de nuestra ficción nacional. Existen muchos modos de difundir un trabajo literario hoy en día y no todos han de pasar necesariamente por la publicación tradicional. La autopublicación seriada (que no excluye otros medios de difusión posteriores) es tan buena como otra. Y además es una contribución gratuita y abierta de modo directo a l@s lector@s. Las fórmulas son variadas, pero siempre redundan en el beneficio de l@s consumidor@s de ficción.
Las cualidades para mí más destacables de estos libro-blogs son la frescura; la facilidad de lectura (siendo esta entendida como una virtud); y la capacidad de mantener la intriga. Retomamos aquí uno de mis recursos favoritos: la mecánica del serial y el folletín, que pretendía (y conseguía) dejar a los lectores con ganas de más y que, a través de la prensa escrita, consiguió fidelizar a miles de personas en el siglo XIX. ¿Qué sería de los culebreen sin estos precedentes?
También quiero destacar la desenfadada puesta en escena de estas propuestas. Son relatos sinceros, bien construidos y en absoluto pretenciosos. Tienen lo más importante. CONECTAN.
Posiblemente ya estáis al tanto, pero, por si queda alguien aún despistad@ y en busca de lectura para estos días, os indico los ejemplos que yo conozco (que no soy ninguna entendida):
Historias cotidianas, intensas, narradas en primera persona. Prolífica con sus relatos de cincuenta capítulos. Una hormiguita de las letras que ya ha sido reconocida como una de las mejores aportaciones al universo blog lésbico.
A. M. Irún está detrás de esta historia, que, tras su éxito como libro-blog, va a publicar ahora en formato digital (sale el próximo mes). Espero que le vaya muy bien. Yo me lo pido.
Eley está en estado de gracia y aquí se apunta a las historias seriadas en colaboración con la estupenda revista MiraLes. Engancha desde el principio. Dinámica y adictiva.
El interesantísmo esfuerzo colaborativo de un grupo de mentes creativas -y mi más reciente descubrimiento-. Os podéis enganchar ya mismo al relato erótico «Según lo pactado». Lleva cuatro capítulos y ya esta encendiendo la blogoesfera,
En fin, como os decía, lo que más me gusta es ver cómo bulle la ficción… casi, casi en directo. La inmediatez de estos relatos me maravilla. Sé que ahora mismo, en universos paralelos, cada una encerrada en su mundo, nuestras autoras están escribiendo algo para nosotr@s.
¡A seguir!
Es súper interesante ver que cada vez hay más mujeres que escriben para mujeres. (de sexualidad diversa y creando referentes). Para mí, que me encantan las series, es todo un mundo nuevo y te agradezco de todo corazón que dediques esta entrada a comentar las series que conoces. Por supuesto, gracias por incluir «Ser lesbiana en este pueblo y no morir en el intento» en esta maravillosa lista, todo un honor. 😀
Me gustaMe gusta
Eley, sí! Qué despistada, ¡no había puesto el nombre de la historia! Yo también sigo con interés el fenómeno y… que sigan las plumas en movimiento. Un abrazo
Me gustaMe gusta