Ficción criptolésbica

¿Os acordáis de Expediente X?  ¿Recordáis que Mulder y Scully, episodio tras episodio, y a pesar de lo que se espera en toda serie con un hombre y una mujer trabajando juntos, nunca llegaban a «cruzar la línea» en su relación personal? Y eso que parecía que había algo flotando en el aire. ¿O no?, ¿era solo afinidad?, ¿compatibilidad profesional?, ¿atracción por lo inexplicable? En cualquier caso, a ese común tira y afloja romántico-sexual entre protagonistas de series pronto se le bautizó como Tensión Sexual No Resuelta. Desde Luz de Luna a Castle, pasando por Bones la TSNR es un ingrediente de lo más efectivo para enganchar a la audiencia, y es que, si se hace bien, nos aseguramos tener a la grada impaciente, expectante, esperando el acercamiento de los protagonistas.

Rizzoli and Isles, la química no pide permiso

Rizzoli and Isles es una serie estadounidense en emisión, (va por la quinta temporada) que me recuerda a la expectación que os comentaba. Está protagonizada por una policía y una médico forense. Juntas, aunando esfuerzos, tienen que hacer frente a un peligroso asesino en serie. Jane y Maura, dos atractivas, resueltas, independientes y competentes… amigas. En la ficción, a menos que se diga lo contrario, a los personajes se les asume firmantes gustosos del contrato de heterosexualidad obligatoria (que diría Monica Wittig). Y sin embargo, Rizzoli and Isles está considerada como una serie criptolésbica. Cripto lésbica. Me interesa el concepto.

Rizzoli & Isles, ¿amistad o algo más?

Como se puede deducir del nombre, esto quiere decir que es lésbica de forma oculta o secreta. Así, la relación de estas dos mujeres puede ser leída en clave homosexual. Si bien es cierto que nada sucede entre ellas (de momento), es innegable que hay una química especial. Hay… algo. Esta percepción está tan asumida que existe incluso un hastag #Gayzzoly, que, semana tras semana, interpreta los elementos gays ocultos en cada capítulo. Además, la teoría ha llagado a oídos de la creadora y las intérpretes de la serie. La autora niega que, de entrada, los personajes sean lesbianas, pero no le disgusta la idea. Una de las intérpretes deja en el aire el cariz que puede tomar la relación en el futuro. Nada se puede descartar. Incluso la cadena responsible de la serie está jugando con la ambigüedad en sus promos más recientes.  Y es que, la historia de estas dos mujeres interesa al público, independientemente de su condición sexual. Pura TSNR.

Todo depende del color con que se mire

Antes de indagar por Internet, había un capítulo de Rizzoli al azar (uno que emitieron en Calle 13 una tarde cualquiera),  y al instante percibí ese rollito ( “love les is in the air”). Por supuesto, no esperaba que los personajes fueran lesbianas (eso es mucho pedir en las series mainstream, incluso hoy en día), pero, desde luego, eso se filtraba en la serie . Se escapaba al control. Fluía.

Cualquier persona homosexual (creo yo) está acostumbrada a descodificar textos heteros. Acostumbrad@ a leer entre líneas y a captar segundas intenciones (voluntarias o no, insisto). Cuando la representación en la ficción de personajes LGTB, era una quimera, tenías que estar al quite, dispuest@ a captar ese gesto, esa mirada, esa frase banal. Afortunadamente, cuando el espacio textual se abre a la interpretación, se dispara en   caminos insospechados, tan personales como espectadores hay. Y eso es algo que no puede evitar ni la censura más férrea.

Algunos Criptoejemplos

Siempre me ha gustado el cine clásico americano. Me encantaban las películas de Bette Davies, Joan Crawford, Katahrine Hepburn, Barabara Stanwick. Actrices todas ellas que brindabas heroinas fuertes, independientes, susceptibles en mi mente de protagonizar historias criptolésbicas. Simplemente por su carácter, por su falta de convencionalismo ofrecían una puerta abierta a mi imaginación. Yo no pedía mucho. En última instancia, ya me podía montar yo la película. Pero había ocasiones en que las cosas se me hacían más evidentes. Voy a poner algunos ejemplos de mi experiencia como espectadora, películas en las que yo veía algo más sin que se explicitara nada. Algunos ejemplos son sutiles y otros… Damas del teatro (1937), Gregory La cava. Una residencia de aspirantes a actriz con sus sueños, ideales y cuitas. Katharine Hepburn y Ginger Rogers. La nueva compañera de habitación. Intelectual Vs listilla. Chispa, diálogos ingeniosos. Complicidad… Rivalidad pero también solidaridad femenina.

 

Esposadas
Damas del teatro, universo femenino

 The Haunting (1963) : varios personajes con poderes psíquicos son reunidos por un doctor para llevar a cabo una serie de experimentos en una casa encantada. Entre el grupo, la tímida, hipersensible Nell y la segura y espontánea Theo, que, en el libro que inspira la película, comparte apartamento con una mujer. Hay algo (solo entre líneas). Yo prefiero la versión de Robert Wise. Hay un consenso casi universal por el que se considera un auténtico bodrio. Aún así, continúa fluyendo el elemento criptolésbico y se da un paso más, explicando la condición de bisexual de Theo (protagonizada aquí por Katherine Z. Jones).

Lo paranormal es no ver que aquí hay tomate

 Siete mujeres (1966) . Última película del gran John Ford. Un western protagonizado por mujeres. Anne Bancroft como médico líder de la misión en Manchuria. Una mujer que fuma, bebe whisky, y lleva los pantalones. Entre las siete mujeres que lidera la doctora Cartwright (ocho con ella) está Agatha (Margaret Leighton) que tiene una buena cripto-fijación con la dulce y joven Emma (Sue Lyon), que, a su vez, admira a la doctora… Todas tendrán que enfrentarse a un tirano brutal. 7 mujeres es considerada una película menor del maestro irlandés, pero yo la tengo en mi altar.

Una perfecta tomboy 

Ricas y Famosas (1981) Jacqueline Bisset y Candice Bergen. Una amistad a través de los años, con rivalidad, celos. Es un remake de la película Old acquaintance (1943), protagonizada por Bette Davies y Miriam Hopkins. La nueva versión fue dirigida, además, por G. Cuckor, un director maestro en la dirección de actrices y… homosexual que despidió su impresionante carrera con esta joyita. Curiosamente, la crítica acusó a la película de tener una sensibilidad gay, pero no en el sentido que yo propongo. Por lo visto la promiscuidad hetero del personaje de Jacqueline Bisset les parecía a algunos más propia un de hombre gay que de una mujer. Toma ya.

Trama heterosecual, subtexto homosexual

Tomates Verdes fritos (1991). Probablemente, la película criptolésbica por excelencia. Dos mujeres viviendo juntas, criando a un hijo. Una relación más ambigua en la peli que en el libro, es una alianza femenina a la que solo le falta la alianza 😉

Tomates Verdes Fritos, todo un clásico

Showgirls (1995): tendría que dedicarle un post entero a esta película, dada mi predilección por ella.  Mientras ese día llega, la pongo en esta lista. Si la relación pasión, rivalidad, provocación y chispas es entre Nomi y la todesexual Cristal, yo quiero poner el foco en la pareja Nomi-Molly. Molly recoge a Nomy en las Vegas, cuando a ella, recién llegada, le han robado la maleta (todo lo que tiene en la vida). La amistad se sella al instante. Y la lleva a su casa. «¿No querrás ligar conmigo?» pregunta Nomi. No, dice Molly. Y, aunque en efecto, entre ellas solo hay una casta amistad… pues… ¿qué queréis que os diga? Si Cristal es el fuego, Molly es la ternura y mueve a Nomi más que nadie. De hecho, en el musical Showgirls de Broadway se parodia la relación entre ellas y su subtexto lésbico.  Nada que objetar.

 

Nomi y Molly, amistad a primera vista
Por cierto, y para cerrar este post, en la octava temporada de Expediente X, cuando la serie ha dado ya más vueltas que una noria, aparece en escena  la agente Mónica Reyes. Admira mucho a Scully y pronto se hacen muy buenas amigas y… ¿ya estoy viendo cosas otra vez?  Bueno, como toda buena amante de esta gran serie sabe, La verdad está ahí fuera…
¿Así quién se acuerda de Fox Mulder?

Autor: Marta Catala

escribo, leo, comparto...

4 opiniones en “Ficción criptolésbica”

  1. ¡¡Gran post!!
    Me encanta el término (tengo que ver la manera de usarlo en mi blog).
    El ejemplo de Gayzzoli es el criptolesbianismo contemporáneo por antonomasia. La serie no nació con esa intención sino sólo con la idea de mostrar a dos mujeres independientes y fuertes (¿sólo este perfil se puede corresponder al de una lesbiana? ¿Acaso no hay hombres que desearían estar con una mujer fuerte e independiente?).
    Luego, el criptolesbianismo se ha ido retroalimentando con los mensajes ambiguos de productora, autora y actrices.

    Me ha encantado que pusieras los ejemplos en orden cronológico porque se ve claramente la intencionalidad del autor en cada película, acorde con los tiempos en los que se producía.

    Damas del teatro puede surgir como respuesta a ese vacío de mujeres en el cine (papeles secundarios, como la mujer de o, directamente, como la mala de la película). Quizá no haya un subtexto lésbico intencionado y sólo un deseo de mostrar sororidad frente a la rivalidad clásica entre mujeres.

    A partir de The Haunting puede que haya más intencionalidad en el subtexto lésbico movido más por el morbo del público (y autor) masculino que por dar visibilidad a una realidad oculta. En Siete mujeres, por ejemplo, queda claro que una de las dos mujeres «es» el hombre.

    No me enrollo más. Solamente decir que te has dejado en el tintero un clásico: «La calumnia» de Hitchcock y Audrey Hepburn 😉

    Saludos.

    Me gusta

  2. Buenoo, muchas gracias por el comentario! Es muy interesante y detallado (de parrafada, nada).
    La verdad es que este tema del post da para mucho. Y se puede ampliar y completar (tendríamos que hacer un estudio más detallado). Pero tienes razón: se puede ver una evolución cronológica.

    Lanzas temas que también dan para analizar. Como ese de que los personajes de mujeres fuertes e independientes sean asociados a lesbianas. Es el caso de Katherine H y otras actrices que menciono. Aunque tuvieran que aceptar interpretar roles convencionales, tenían tanta personalidad y fuerza! Tengo pendiente acabar de leer un par de libros sobre Hepburn y Cuckor (seguro que averiguo cosas nuevas). Eran un binomio magnífico).

    Lo de Rizzoli and Isles es lo que tú comentas. La expectación generada en torno a la atracción entre ellas (y en principio no buscada) ha provocado que la productora juegue con esa ambigüedad (si algo funciona, explótalo!)

    En cuanto a La Calumnia (es de Wyler!!!!) no la he incluido porque me parece que es otro caso. En la peli el asunto no es cripto, sino que claramente Shirley McClane es lesbiana. ¿No crees? Peeero escribiré un post sobre la peli, porque tiene también bastante historia que rascar.

    Si se te ocurren más ejemplos, los comentamos. Gracias de nuevo por escribir 😉

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: