Orange is the new black: como la vida misma

Una guionista de Orange is the New Black descubre que es lesbiana durante el rodaje de la serie. La escritora, que estaba casada, se ha divorciado de su marido y ahora sale con una de las actrices de la serie. Es una noticia de actualidad y, además de eso, me parece una historia fantástica (me pregunto si no será idea del departamento de marketing).

 

No es el cotilleo lo que me mueve al escribir un post sobre esta noticia, sino el interés por la ficción. Ese interés me hace estar atenta a todo lo que leo y veo. Nunca se sabe dónde hay una historia esperándote.

 

Sin ir más lejos, esta noticia me parece un buen detonante para una novela o película romántica. Una idea para desarrollar el clásico esquema chica conoce chica.

 

Imagino un día a día en el set y ese proceso de despertar de nuestra guionista. No me negaréis que hay posibilidades: la chica , un poco recatada pero brillante (yo la imagino así), escribiendo escenas lésbicas para esas estupendas actrices en esta serie rompedora y entre el cásting surge una actriz (que nos ocuparemos de hacer destacar, claro) que le hace replantearse todas sus creencias y sentimientos… Un poquito de chispa y…¡bum!

Tendríamos más tarde que poner algunos obstáculos a esta relación, por supuesto, pero hay un buen material para empezar a trabajar. Además, podríamos trabajar en el plano de la realidad del personaje y en el de la ficción de la serie que está escribiendo y ver cómo ambos se relacionan y se influyen.

Chica conoce chica
 

Hay que reconocer que la historia despierta interés, ¿verdad?

 

Si lo pienso, en mis creaciones a menudo hay un proceso similar de descubrimiento de un personaje que ve alterada su rutina por la irrupción de otro (no descubro América).

En mi guión de largometraje A contracorriente, Juana (metida en una relación no muy satisfactoria con un colega de trabajo) descubre poco a poco su fascinación por Ana, monitora de natación de la que está enamorado su hermano mellizo (¡conflicto asegurado!).

 

En Frío (de la que ya os iré hablando) hay algo parecido: dos personajes se encuentran en un resort caribeño de un modo inesperado… En definitiva, un esquema que me resulta familiar y apreciado.

 

Si estuviera en mis manos la historia de la guionista y la actriz de OITNB, le buscaría un tratamiento positivo y alegre y , sin duda, un buen final (un happy end en toda regla), aunque la semilla de esta historia también se presta al culebrón y a otros enfoques. Esa es la gracia y riqueza de la premisa chica conoce chica (y de todas las premisas en general).

 

A propósito de esto, cuentan que el genial guionista y cineasta Billy Wilder dormía con una libreta en la mesilla de noche por si se le ocurrían ideas mientras dormía. Una noche se despertó bruscamente iluminado por una genial historia que había entrevisto en sueños. Cogió la libreta y escribió en ella, medio dormido, medio despierto . Al día siguiente consultó con emoción y expectación sus notas. Estaba deseando leer cuál era esa fantástica idea que había iluminado su mente la noche anterior. Pues bien, la idea era esta: “Chico conoce chica”. 😀

 

Y es que ese es el núcleo de muchas historias. Simple pero eficaz.

 

 En todo caso, con la noticia que comentaba antes me viene a la cabeza eso de que la realidad supera a la ficción, aunque… en mi opinión, casi siempre podemos mejorar la realidad (¡en la ficción mandamos nosotr@s!)

Autor: Marta Catala

escribo, leo, comparto...

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