Por qué apuntarte a un curso de creatividad online es una idea excelente

Si las sesiones online te queman y desmotivan, te doy algunas razones para darle una oportunidad.
Tu crecimiento lo merece.

«Marta, no me gustan nada las clases online, tengo muchas dudas sobre si continuar. Odio profundamente las sesiones por Internet».

Tenía una tarea muy difícil ante mí. Una compañera de mi taller, con muchas ganas de explorar su creatividad, me comunicaba su resistencia a las sesiones online que yo tenía que organizar para continuar nuestra -hasta entonces- labor presencial.

Estamos arrancando un proyecto de escritura teatral con clases en las que el físico es importante y la cosa marchaba muy bien, pero se cancelaron las clases presenciales. Aunque no fue una sorpresa, sí fue un jarro de agua fría. Continuar en remoto y de forma pasiva se hacía difícil. Lo más tentador era dejarlo.

Le dije que la entendía perfectamente, pero que le diera una oportunidad a la sesión. Le prometí que sería breve y que valdría la pena. Ya me las apañaría yo para que así fuera.

Pero esta promesa planteaba un reto…

Yo misma tenía un recuerdo agridulce del final del curso pasado, desde marzo hasta junio. En aquella ocasión tenía un grupo de escritura creativa muy bueno pero el confinamiento nos sentó como un mazazo. Recuerdo que me sentía saturada y me resultaba muy difícil mantener la energía para liderar a un grupo desmotivado y confundido.

Curiosamente, la experiencia fue un éxito aunque yo la percibiera como muy desgastante. Al fin y al cabo, logré que el grupo continuara, y cumplimos con nuestro objetivo más unidas que nunca.

Posteriormente, los profesores de otros talleres presenciales en nuestra misma situación me comentaron que habían tenido muchas dificultades y algunos no pudieron continuar porque la gente no estaba por la labor. 

¡Lo logramos, pero costó mucho!

Por todo esto, la idea de organizar las clases online se me hacía cuesta arriba, así que, como te decía, para mí también era una prueba.

Sin embargo, tenía muy claro desde el principio que lo quería hacer. Buen punto de partida.

Sabía también que no iba a abrumar a nadie con deberes y obligaciones. En las clases creativas es contraproducente obligar, aunque debes hacer entender a la gente el valor del trabajo.

Otra cosa que veía con muchísima claridad era que había que hacer una sesión corta, muy, muy motivadora. Básicamente, una sesión online que reforzara al grupo y recordara el objetivo. Por eso el nombre de la reunión fue: «Mantenemos la llama viva 🔥».

Y tenía claro que debía ser entretenido.

De modo que tuve que sacar de mi chistera todos mis recursos de comunicadora.

Y funcionó.

En gran medida porque el grupo quería y ,venciendo resistencias, decidió que mejor esto que nada.

“Gracias por ayudarme a superar el trauma que tenía”, me dijo mi compañera de grupo al finalizar la clase. “Me ha gustado mucho”.

Creo que no puedo pedir más.

Razones para seguir o empezar tus clases online

Puede que te suceda como a mi compañera o como a mí misma. La idea de apuntarte a un curso creativo online, o de continuarlo de manera no presencial si ya lo iniciaste, te irrita.

Te da mucha pereza, crees que la tecnología no es lo tuyo, te cansa, todo se hace más confuso y acabas con la cabeza hecha un bombo. 🤯

A mí me parece que, como regla general, es mejor que nos fijemos en lo bueno y se me ocurren algunas razones por las que es preferible que sigas en marcha.

  • Un muy buen motivo para probar esta vía es que, ahora mismo, para las enseñanzas no regladas, es la única opción. Pero ese no es mi motivo favorito, porque también podrías no hacer nada y dejar esto en suspenso hasta que vuelva a ser posible reunirse. Es la opción de mucha gente.
  • Un mejor motivo es porque quieres. Decides continuar con algo que te apasiona y estás decidida a que nada te detenga.
Me he propuesto que me des el Sí
  • Otra  razón muy práctica se apoya en la física. La inercia ayuda a que las cosas se muevan y cuesta mucho más arrancarlas una vez paradas, así que es mejor que continúes con clases online a que te pares. Simplemente es más fácil y te prepara para estar a punto cuando llegue el momento.
  • Es un gran entrenamiento para imaginar mejores posibilidades. La situación actual exige flexibilidad, creatividad y capacidad de adaptarse a continuos cambios. ¿Y sabes qué? ¡La creatividad se practica!

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A estas alturas de la película, casi todo el mundo se ha visto forzado a hacer un curso intensivo en conexión online y videoconferencias y cada vez va a ser más fácil, más estable y más frecuente.

En realidad ya hiciste lo más difícil. Ya te has demostrado que puedes, independientemente de tu edad y tu formación. Esto es más impactante y revolucionario de lo que parece.

Es cierto que la tecnología es un recurso de pago, pero es mucho más accesible que en el pasado. Tenemos que trabajar en que llegue a todos.

Una gran ventaja de las clases online es que puedes acceder a formaciones con personas que te interesen, sin importar su ubicación. Así que ahora es posible que asistas a ese curso con ese profesor que te motiva tanto. Yo misma aspiro a compartirme con gente de todas partes. Qué maravilla, ¿no?

Tener una actividad que te guste te ayuda a estructurar tu semana y te da un aliciente para darle más alegría.

Te pone (o te mantiene) en contacto con el grupo. Semanalmente tienes una cita con gente con los mismos intereses que tú y eso ayuda a mantener la motivación, lo cual es importantísimo.

Cómo hacer más llevadero el aprendizaje online

En lugar de luchar contra la realidad, acepa lo mejor de lo que disponemos. Si lo piensas, si en el pasado hubiera sucedido esta situación de aislamiento sin la tecnología que tenemos hoy, todos hubiéramos dado dos dedos de la mano por disponer de esta herramienta que ahora nos fatiga.

Para ayudarte aún más:

  • Prepara tus dispositivos de la mejor manera. Conoce las herramientas, invierte poco a poco en mejorar. Una vez que te «montes el chiringuito», ese conocimiento te servirá para otras cosas y cada vez será más y más sencillo.
  • Investiga y recuérdate qué es lo que te motiva más de la actividad. Si te apuntas a un curso de escritura creativa online probablemente tienes un anhelo de expresar algo dentro de ti, de aprender a escribir mejor, de compartir tu mundo de fantasía, de crear una obra en grupo… Recuerda eso que necesitas y enchúfate a ello cuando tengas dudas.
  • Apóyate en los compañeros y en tu profesor. Las cosas son más llevaderas y enriquecedoras en grupo.
  • Combina tus sesiones en el ordenador con paseos, ejercicio físico y descanso. Saturarse no es una opción y menos para una actividad cuyo propósito es refrescarte y hacerte más feliz.

Si te toca a ti dar la clase de creatividad online

Los formadores y los emprendedores que comparten sus conocimientos también tenemos que adaptarnos, aprender y cuidarnos.

  • Sé comprensivo con los alumnos. Las circunstancias ejercen un estrés mental en la gente y acabamos de terminar las vacaciones y todo el mundo ha de reorganizarse, tú incluido.
  • Plantéales objetivos asequibles. Como no sabemos lo que va a suceder, lo mejor es ir avanzando con pequeñas metas que no requieran excesivo esfuerzo al principio.
  • Elige una plataforma que sea fácil de acceder, preferiblemente gratuita y pruébala. Dedica un tiempo a ayudar a todo el mundo a acceder antes de la primera sesión. Esto es un tiempo que luego se gana y es crucial que las cosas funcionen bien, sobre todo si estás tratando de convencer a alguien de que esta es una opción.
  • Modera, modera y modera. Después de los problemas técnicos, probablemente lo más desquiciante de una sesión online es la confusión de voces y la ausencia de una estructura definida. Así que ponte firme, haz una presentación de los objetivos de la sesión, cede el turno de la palabra e interactúa con las personas (si es un grupo pequeño). Aunque parezcas Matías Prats dando paso a los corresponsales, evita que todos hablen a la vez.
  • Propón sesiones cortas, más aprovechadas, más intensas pero que no agoten a los participantes.
  • Sé dinámico y entretenido. Esto requiere a veces recurrir a temas que no tienen que ver con nuestro objetivo. Por ejemplo, yo me pasé casi toda la clase de escritura dramática hablando de astrología. ¿De qué manera el trígono Venus Marte de la primera quincena de enero puede ayudar a motivarnos? El poder de los símbolos, Marte el guerrero, Venus el placer. Perseguir nuestras metas con determinación y también con placer, muy apropiado para una clase de creatividad, ¿no?

En estos tiempos raritos, apuntarte a un curso de creatividad online puede proporcionarte un estímulo, una oportunidad de divertirte, aprender y expansionarte. Así que, si te apetece, elige un curso que te inspire o di sí a la opción de seguir tu formación de este modo.

Como ves, yo estoy convencida de que hay buenísimas razones para continuar con tu aprendizaje o empezar este año. ¡Coméntame las tuyas!

Diez características de los personajes tridimensionales

Muchas veces escuchamos hablar sobre personajes tridimensionales. ¿Qué hace que algunos de ellos parezcan tan reales?

Soy un artesano, necesito trabajar con las manos. Me gustaría tallar mis novelas en madera. Mis personajes… Me gustarían que fueran más densos, más tridimensionales. Y me gustaría hacer un hombre tal que todos los otros, al mirarlo, encontrarán en él sus propios problemas.

George Simenon

A veces, como escritora, he sentido el cansancio y la fatiga mental. He notado mi espalda castigada, mis ojos cansados y mi cabeza embotada. He estado atrapada en el aspecto que yo llamo el más plano de escribir: en la ingrata superficie.

Pero otras veces, y casi sin darme cuenta de cómo había ido de una dimensión a otra, he sentido que yo era una especie de proyector y que lo que a través de mi manos se escribía y en mi cabeza se pensaba tomaba cuerpo en mi imaginación. Entonces asistía a un espectáculo fascinante y no veía el momento en que otra persona pudiera conectarse también a eso. Para mí la parte más emocionante de escribir es esa especie de proyección y de creación de una realidad aumentada, una experiencia que ha de ser real para el lector, y que ha de conseguir que unas páginas -o pantalla- dejen de ser planas y literalmente cobren vida.

Es por eso que me gusta tanto la cita de Simenon, un autor que por cierto recomiendo y del que escribiré en otro post. Habla precisamente del proceso de materialización de la escritura, de cómo está llega a convertirse en algo con sustancia, algo tan tangible como la madera. Por favor, no pases por alto esta metáfora como algo ornamental y tómatela muy en serio. Indaga con profundidad en la cita que encabeza este post. A veces el lenguaje no alcanza a comunicar algunas cosas pero creo que todos hemos tenido esa experiencia de vivir un libro, y quedar absortos por completo en un universo de ficción.

Y sin duda parte de esa magia se consigue a través de los personajes. Una de las cuestiones más interesantes para un autor -y para un lector curioso- es descifrar qué hace que algunos personajes se sientan tan vivos. El concepto de personajes tridimensionales forma parte del vocabulario de los talleres de escritura creativa y de la ficción en general. Pero ¿a qué nos referimos exactamente con esto?

Para empezar, podemos hacer una distinción entre personajes planos y personajes redondos. Básicamente los primeros son aquellos que cumplen una función en la trama pero que no cambian ni evolucionan. Son personajes más limitados, aunque también necesarios. Por ejemplo, las sitcoms de la tele están llenos de ellos. En ellas los personajes hablan, piensan y hasta visten siempre igual.

En contraste, los personajes redondos son aquellos que tienen más profundidad y dimensión. Todos los personajes protagonistas deberían aspirar a ser personajes redondos (aunque no siempre es así y en esos casos la trama o la acción toman protagonismo).

En todo caso, si te gusta escribir o leer y te interesa la construcción de personajes, estas son características en las que puedes fijarte desde ya e incorporar a tus creaciones.

Un personaje tridimensional:

  • Tiene contradicciones: un personaje con profundidad es un personaje lleno de matices. Como en la vida misma, no es alguien siempre bueno, heroico, abnegado o siempre despreciable y odioso. Por el contrario, exhibe defectos, vicios, debilidades, y esa misma imperfección (o esos rasgos contradictorios) lo vuelven más humano. Esto es así tanto si es un héroe como un villano.
  • Evoluciona: el personaje posee lo que se llama arco. Esto es -expresado visualmente- una línea de transformación que es externa (sus circunstancias) e interna (su psique). Lo que quiere decir que un buen personaje siempre cambia a lo largo de la historia. Realiza un viaje de transformación, lo quiera o no.
  • Tiene deseos: a nuestro personaje le hace avanzar su necesidad de conseguir algo (o a alguien). El deseo actúa como motor imprescindible de la historia.
  • Tiene problemas: esto es, se sitúa en el centro del conflicto. Un personaje se define en la historia por su capacidad de superar obstáculos en la persecución de un objetivo (deseo).
  • Tiene cuerpo: aquí me refiero, no a una obviedad, sino a esa característica tan importante pero difícil de definir. Cuando hablamos de tridimensionalidad precisamente queremos aludir a esto. El tridimensional es un personaje que parece real porque tiene facetas, dimensiones, porque es profundo, está trabajado y desarrollado. Nos sorprende. Conseguimos esto con el trabajo en varios niveles.
  • Tiene una voz propia: conectado con el anterior y dentro de los aspectos relativos a la fisicalidad (perdóname por esta palabra, RAE) del personaje. Encontrar la voz adecuada del personaje es uno de los mayores retos en la construcción del mismo. Pero se trata de dar con el tono, el vocabulario, la manera de pensar única de ese personaje.
  • Tiene interés: hay que poner empeño en ello como escritores, porque hemos de lograr desde la primera escena que al lector le interese el personaje y su problema y que no pueda abandonarlo a su suerte una vez lo ha conocido. Es triste cuando lees un libro cuyo personaje principal no interesa ni al autor.
  • Tiene originalidad: esto quiere decir que el personaje es único. Aunque haya miles de mujeres adúlteras, Ana Karenina es única, como lo es Emma Bovary y lo es Ana Ozores.
  • Tiene universalidad: esta es la cara B de la anterior. Un personaje original pero desconectado de rasgos reconocibles y humanos sería como un marciano impensable y nos dejaría bien fríos. Es lo que resuena en nosotros de ese personaje lo que le da dimensión e importancia. Por eso los marcianos de Ray Bradbury son tan fascinantes.
  • Es memorable: esta es una consecuencia más que una causa. Si conseguimos ir trabajando con honestidad, curiosidad y pasión, puede que lleguemos a crear un personaje memorable, que no es otra cosa que un personaje con eco, que se recuerda una vez acabada la historia. Un personaje que deja su huella en nuestra mente y corazón.

Para cada uno de estos puntos, podemos emplear estrategias específicas. Nos interesa el efecto final, un algo que habla por sí mismo (pero que si destripamos está formado por varios aspectos que podemos practicar). Con atención y pasión artesana por los personajes de nuestras ficciones, pasaremos del papel a la madera y de ahí a soñar…

Como siempre, me encantará saber vuestra opinión sobre todo esto.